El jefe de las FSI, el general de división Imad Othman, rechaza esa solicitud de la fiscal del distrito de Monte Líbano, Ghada Aoun, quien alegó la existencia de influencia política para evitar que Salameh comparezca ante la justicia.
Contra el banquero hay acusaciones de corrupción y de ser uno de los responsables de la peor crisis económica y financiera en la historia del país.
Las políticas bancarias desplomaron el valor de la moneda nacional y agotaron las reservas de divisas como resultado de lo cual el Gobierno, con una deuda equivalente a 183 por ciento del producto interno bruto, está a punto de enfrentar una debacle total.
Salameh, de 71 años de edad, desempeñó el cargo durante casi tres décadas y dispone de un respaldo mayoritario entre políticos, incluido el primer ministro Najib Miqati, destacan medios locales.
El gobernador del Banco Central de Líbano también ocupa el centro en investigaciones abiertas en Suiza, Luxemburgo y Francia por presunto lavado de dinero y malversación de fondos.
Durante los últimos meses, el banquero, su hermano Raja y un asistente de la principal institución prestamista libanesa, son blanco de acusaciones por violar un decreto que prohibía transferencias de dinero al exterior.
El caso reveló divisiones después que la policía impidió a agentes allanar las residencias de Salameh.
La polémica sacó a la luz la rivalidad entre los políticos, porque a Othman lo consideran cercano al ex primer ministro Saad Hariri y a Tony Saliba, jefe de la Seguridad General, lo respalda el presidente de la República, Michel Aoun.
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