Los servicios conmemorativos tienen lugar en los municipios afectados por el siniestro hace 11 años, la mayoría de ellos correspondientes a las prefecturas de Miyagi, Fukushima e Iwate.
Además de las ceremonias para recordar a las víctimas, voluntarios y autoridades locales de algunos territorios continúan la búsqueda de personas desaparecidas.
Considerado la peor catástrofe natural en la historia japonesa, el sismo de 9.1 en la escala sismológica de magnitud del momento trajo aparejado un poderoso tsunami con olas de hasta 40 metros, que arrasó ciudades costeras y provocó el colapso de la planta nuclear de Fukushima.
Las áreas residenciales alrededor de la central energética han sido objeto de trabajos de descontaminación, pero los niveles de radiactividad siguen elevados en los bosques y montañas de la prefectura.
Persisten desafíos como la eliminación de los escombros (combustible nuclear fundido) que queda en el reactor de la planta y más de un millón de toneladas de agua contaminada, almacenada en tanques.
Transcurridos 11 años del Gran Terremoto del Este de Japón, todavía unas 38 mil personas permanecen desplazadas.
El secretario en jefe del ejecutivo nipón, Hirokazu Matsuno, declaró en conferencia de prensa que “mientras la reconstrucción de viviendas y el desarrollo de infraestructura están casi completos, quedan cuestiones como la atención mental, a partir de la formación de comunidades y el apoyo a las víctimas”.
A propósito, y de acuerdo con datos oficiales, desde 2011 hasta la fecha hubo tres mil 784 muertes asociadas al desastre natural, sobre todo entre personas evacuadas, debido al empeoramiento de enfermedades crónicas, estrés y suicidios.
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