En entrevista con Prensa Latina, el profesor Francisco Toloza, de la Universidad Nacional, explicó que no es una frase de cajón decir que la jornada electoral de este domingo es histórica en varios sentidos. Lo primero es el contexto latinoamericano donde la derecha viene perdiendo espacio con ls derrotas recientes en Honduras y en Chile, dos de sus bastiones más importante, subrayó.
«En Colombia hay una nueva realidad que se manifestó en un estallido social sostenido en 2019, 2020 y 2021 y que muchos aspiramos a que se exprese en las urnas en una votación masiva a favor de sectores alternativos y dirigentes sociales y abra la posibilidad de una victoria de los sectores alternativos y de izquierda en los próximos comicios presidenciales del 29 de mayo», dijo.
En su opinión, el gobierno de Iván Duque, de Centro Democrático, ha contribuido a que sectores cada vez más numerosos vean como alternativa un gobierno de izquierda.
«¿Por qué?, porque Duque no ha podido con la gran crisis económica que la Covid-19 ayudó a exacerbar, con un peso ultradevaluado, una pobreza monetaria que afecta al 45 por ciento de la población (unos 21 millones de personas», enfatizó el también politólogo.
A esa situación en Colombia, gracias al gobierno neoliberal y de ultraderecha de Duque, se suma la dura represión contra los manifestantes, especialmente contra la juventud, en el contexto del Paro Nacional de 2021, acotó el académico.
«Creemos que ya eso es insostenible y la crisis de este modelo, de este establecimiento colombiano no solo ha golpeado a los de abajo, a los de siempre, sino incluso a sectores de las capas medias y de la burguesía», comentó.
En tal sentido detalló que han sido afectados «por la crisis económica, política, de derechos humanos, así como por la tozudez de la administración de Duque de mantener prácticamente una situación de guerra con la hermana República Bolivariana de Venezuela».
Recalcó que Colombia es un país que depende económicamente del comercio con Venezuela, hay familias binacionales y también una amplia frontera de más de dos mil 200 kilómetros.
«Por eso este clima de guerra y de desconocimiento de la realidad política y social de Venezuela ha afectado y generado grandes padecimientos para un pueblo que es uno solo: el de la región colombo-venezolana», expresó.
Señaló que Centro Democrático seguramente perderá una gran cantidad de senadores porque «ya no tiene a su principal líder, Álvaro Uribe, quien tuvo que renunciar a su escaño en el Congreso para evadir la cárcel y está profundamente cuestionado después de los pocos avances del Acuerdo de Paz».
Además, «se ha ido develando su papel genocida con más de seis mil 400 jóvenes asesinados, conocidos lamentablemente como falsos positivos», indicó.
«Parte de la expresión de esta crisis se da en que, mientras desde los sectores alternativos se apunta a una clara victoria en la consulta interna del Pacto Histórico, del senador Gustavo Petro, en los sectores del establecimiento y la derecha todavía están deshojando margaritas», puntualizó.
Afirmó que hay una pelea muy fuerte en la coalición de la derecha llamada Equipo por Colombia y todavía no se sabe quién será su candidato.
«Pero cualquiera de ellos son aspirantes de un perfil profundamente bajo y son expresión misma de la crisis que está viviendo la derecha», aseguró.
Asimismo, dijo no ver tampoco claridad en el mal denominado centro, que en realidad quieren mantener a Colombia dentro de la derecha continental y del modelo neoliberal.
El uribismo, aseguró, va en decadencia, en declive, pero la derecha colombiana no está exterminada, no está acabada, por el contrario, también habrá una expresión de un «voto amarrado, un voto de maquinaria, un voto clientelista, un voto que se compra y que se vende y que está en poder de los grandes partidos tradicionales y de las nuevas mafias creando con partidos derivados del uribismo en este siglo».
Se ve claramente que habrá un parlamento dividido, un poco más a la izquierda que el actual, pero con dificultades para cualquiera que le toque gobernar el Palacio de Nariño a partir del venidero 7 de agosto, alertó.
Aseguró que estas elecciones tienen lugar sin ninguna garantía de seguridad, por la continuidad del conflicto armado y prácticamente las sentencias de muerte de los grupos paramilitares.
Tampoco hay garantía en cuanto a términos de igualdad de condiciones para la financiación de las campañas ni a la transparencia electoral porque -dijo- «el registrador Alexánder Vega es una ficha de la derecha, del gobierno nacional que está acusando a Rusia, a Venezuela y Cuba, por más delirante que parezca, de un supuesto fraude electoral a favor de la izquierda.»
«Habla de hackers que pueden alterar el software de la Registraduría y esto no es un cuento ‘Garcíamarquiano’, el registrador llamó al FBI de Estados Unidos para que supervise el mecanismo de conteo de los votos», manifestó.
Estas faltas de garantías son la expresión clara del incumplimiento del Acuerdo de Paz que contempla una reforma político electoral de fondo que no se ha hecho, afirmó.
La noticia en Colombia podrá ser que una derecha, que había ganado por 140 años las elecciones y había tenido el control del país, pueda perder la presidencia por la vía de las urnas, subrayó.
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