Datos conservadores de sanidad divulgados por la agencia de noticias Irna, confirman otras 92 víctimas con quemaduras de primer grado e ingresadas en instalaciones hospitalarias, por efectos adversos en el uso de sustancias incendiarias peligrosas.
El último miércoles del año persa, diversos pueblos celebran el ritual de encendido y salto de fuegos, conocido como Chajarshanbe Suri (Miércoles de escarlata), considerada la primera celebración del festival Nowruz.
La tradición requiere de cuidado extremo, ya que el juego con fuego trae consecuencias irreparables para muchas familias que enlutan sus hogares, víspera del Año Nuevo y el antiguo Nowruz.
Mehdi Davari, director de los Servicios de Seguridad e Incendios de Teherán, aseguró a la prensa local la disposición de los equipos necesarios para extinguir incendios a la mayor brevedad en todos los circuitos metropolitanos.
El festival de Chajarshanbe Suri, celebrado por azeríes, kurdos y persas, se realiza también en otros países vecinos como Afganistán, Azerbaiyán, el Kurdistán iraquí, Tayikistán y en Turquía.
La alabanza al fuego, responde a uno de los primeros dioses de la civilización antigua iraní, el sol, y se extiende a los muertos, con un ritual que inicia por la recogida de la maleza en un espacio exterior abierto y gratuito.
En el atardecer, luego de confeccionar una o varias hogueras, deben saltar sobre las llamas, mientras entonan cantos en los que entregan al fuego su palidez y aceptan el rojizo color de las llamas, en señal de purificación de los cuerpos.
Realizan una merienda familiar ligera previa para acertar en los saltos, y al final, ya purificados, ingieren la cena junto a fuegos artificiales que colorean la noche.
Los platos y bocadillos se acompañan con frutos secos y una sopa con pastas, mientras más extensas mejor para desear una larga vida a todos los miembros de la familia, y en el aderezo se incluyen hierbas silvestres, arroz, lentejas y pescado.
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