Así resumió la embajadora Esther Armenteros lo acontecido aquí como parte de un ejercicio encaminado a la elaboración de una nueva norma jurídica en su país, que atañe a totalidad de los ciudadanos y, por tanto, requiere el aporte de todos.
Según dijo a Prensa Latina, cooperantes y diplomáticos de la isla intervinieron en 52 foros de análisis en distintas provincias, con un por ciento de asistencia superior al 95 por ciento, lo cual permitió aunar un número importante de opiniones.
Asistieron al intercambio cerca de dos mil compatriotas, detalló la funcionaria, quien también confirmó la recepción de los criterios expuestos por los colaboradores ubicados en el vecino país de Santo Tomé y Príncipe.
Al decir de Armenteros, hubo una entusiasta participación con muchos aportes, porque “todo el colectivo reconoció que estamos analizando un código vinculado a nuestras vidas, a nuestros familiares, nuestros hijos y nietos”.
Cerca del 50 por ciento del universo consultado estuvo compuesto por profesionales de la salud, pues la brigada médica cubana posee alrededor de mil integrantes en Angola, destacó.
Asimismo, distinguió la asesoría técnica de las autoridades electorales en la Isla; eso, afirmó, ayudó al envío de la información a La Habana con rapidez y calidad.
Cuando llegue el momento, el próximo paso será la realización del referendo sobre el Código de las Familias, y los miembros de nuestra comisión electoral, comentó, tenemos la experiencia del referendo constitucional efectuado en años recientes.
De cierta manera, aseguró, ya tenemos los mecanismos engrasados para que el ejercicio en las urnas sea igualmente exitoso.
La última asamblea de consulta celebrada este viernes en Luanda fue la correspondiente a los trabajadores de la embajada, bajo la conducción del consejero Raúl González, uno de los vocales de la comisión electoral de circunscripción, instalada aquí el pasado 28 de enero.
En opinión del diplomático, culminaron la primera parte de un proceso político “de igualdad, inclusión y no discriminación”, en torno a una norma “que ampara a todos y fortalece a la familia cubana como institución”.
Es un código, sintetizó, hecho «con todos y para el bien de todos», evocando la visión de nuestro Héroe Nacional, José Martí.
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