En exclusiva con Prensa Latina, la profesora titular del Departamento de Derecho de la Universidad de Camagüey Iris Cabanes comentó sobre el asunto que «tiene precisamente como uno de los principios la pluralidad familiar».
El proyecto sigue este mandato constitucional desde 2019, cando se introdujeron una serie de cambios en el orden familiar, agregó.
Para la aprobación y futura conciliación del proyecto, al debate se sumaron especialistas y juristas “para brindar el mayor conocimiento a la población sobre asuntos modernos y que se ajustan a las normativas más actuales a escala mundial”, refirió la entrevistada.
Sobre una posible predisposición a la final aprobación del Código, Cabanes señaló que “sería poco lógico tanto es un proyecto que hace cumplir el mandato de nuestra ley suprema, la Constitución, pues al promulgarse el ordenamiento jurídico modificó varias de sus características, y dentro de ella está la uniformidad y coherencia”.
La sociedad cubana donde aún prevalecen rezagos y mandatos del patriarcado se muestra en un sector reticente a diversos cambios y propuestas que trae el nuevo Código de las Familias.
«Siempre las cuestiones culturales afectan, pues son ordenamientos que se van interrelacionando, y la norma jurídica no es el único ordenamiento que existe en la sociedad, está la religión, cuestionadora de muchos aspectos, la propia moral, pero debemos resaltar un aspecto vital, y es la propia aprobación de la Constitución con más del 80 por ciento de nuestro pueblo», señaló.
El nuevo Código da forma desde lo legislativo a una realidad social que existe en la nación caribeña, independientemente de su final aprobación, “pues la norma jurídica se levanta sobre esa propia realidad”, a decir de la jurista.
Cabanes explicó que “resulta medular señalar que más que el matrimonio igualitario, o la admisión jurídica de la pluralidad familiar, es primordial la protección de estas personas, lo merecen, es una cuestión de justicia y humanismo”. Precisamente en la mayor de las Antillas se han dictado un grupo de leyes en el último lustro, sin embargo, y partiendo de principios democráticos, no resulta suficiente con la aprobación de la Asamblea Nacional del Poder Popular, refirió.
“En el caso del Código que es muy peculiar, es necesario someterlo a la aprobación del pueblo para que defina ese escrutinio de la población”, aclaró la académica camagüeyana.
Más allá de temas polémicos, referidos al arraigo cultural, en correspondencia con el matrimonio igualitario o los asuntos de la patria potestad, “en el Código hay otras instituciones tan cruciales como lo son el parentesco socio-afectivo, el pluriparentesco, la gestación solidaria, esas son cuestiones muy novedosas”, sentenció.
La especialista reconoció que con más de 400 artículos el Código precisa una y otra vez de repasos para dar un mejor criterio que permitan desprenderse de prejuicios.
“Tenemos el caso por ejemplo de la patria potestad que ha servido para campañas de descréditos, cuando no se le priva a los padres en lo absoluto sobre el menor, pero se reconoce el respeto a las decisiones del niño o niña, incluso sus obligaciones, así como el derecho de otros miembros con lazos afectivos y responsabilidades más que demostradas”.
Hasta el próximo 30 de abril el pueblo de Cuba debatirá todo lo concerniente al Código de las Familias antes de someterlo a votación popular, en un proceso que -a pesar de sus detractores fuera de la isla caribeña-, ha sido calificado incluso por la comunidad internacional como avanzado y revolucionario.
acl/fam
