De acuerdo con la notificación, Nabil Mahdi, embajador etíope en Yuba, capital sursudanesa, realizó la exhortación en un encuentro con el ministro de Relaciones Exteriores de esa nación, Mayiik Ayii Deng, durante el cual debatieron otros asuntos de interés bilateral.
Mahdi informó acerca de cuestiones de seguridad y crecimiento económico en la frontera entre ambos países e insistió en la necesidad de eliminar cuanto antes la inseguridad en todos los territorios que comparten, según la Secretaría de Prensa de Gambela.
Urge solucionar esa situación, comentó, para establecer un contexto que permita a Etiopía y Sudán del Sur concentrarse en trabajar para aumentar las conexiones con diferentes infraestructuras, entre ellas las carreteras, y aumentar la cooperación.
Ayii Deng, por su parte, coincidió con la valoración del diplomático etíope y agregó que “ampliar los esfuerzos con el objetivo de garantizar seguridad y paz en la frontera también beneficiará al resto de los países del este de África”.
Varias veces este año, la comisión de policía denunció invasiones y agresiones a civiles, atribuidas a milicianos de Sudán del Sur, incluida una perpetrada en enero, que dejó al menos ocho muertos y cinco heridos.
En febrero, el principal ataque registrado en informes policiales fue contra el campamento de refugiados en Dima y la woreda (circunscripción administrativa) de Gog, con saldo de un fallecido, dos heridos y tres niños secuestrados.
Recientemente, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Etiopía anunció que los líderes de los estados vecinos de Sudán del Sur y Gambela iniciaron consultas orientadas a lograr estabilidad en las áreas fronterizas.
Murle ha atacado nuestro territorio durante años. La naturaleza de este problema debe investigarse y los dos países deberían crear conciencia sobre la importancia de la coexistencia pacífica, declaró el portavoz del Ministerio, Dina Mufti.
Los murle, un grupo étnico que principalmente habita en el condado de Pibor y el área de Boma, Sudán del Sur, han sido acusado durante años de ataques transfronterizos para robar ganado y de otros actos de mayor escala.
También habitan en parte del suroeste de Etiopía, cuya línea de separación con ese país de África septentrional tiene una extensión aproximada de 883 kilómetros.
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