Johnson, a quien el líder del Partido Laborista, Keir Starmer, acusó este miércoles de “no haber movido un dedo” en defensa de los trabajadores despedidos la semana pasada, aseguró que el gobierno invocará una ley laboral de 1992 para emprender acciones legales contra la empresa P&O Ferries.
Durante su intervención en el Parlamento, Starmer aseveró que la compañía cuya casa matriz está domiciliada en Dubai recibió en los últimos tres años más de 38 millones de libras esterlinas (casi 50 millones de dólares) en contratos ofrecidos por el gobierno conservador.
La naviera, cuyos trasbordadores cubren diferentes rutas marítimas entre el Reino Unido, Francia, Holanda e Irlanda, dijo entonces que actuó obligada por la difícil situación económica, y que la supervivencia de la empresa estaba en juego.
Según medios de prensa británicos, los 800 trabajadores despedidos fueron reemplazados por marineros procedentes de la India y de otros países, con un salario mucho menor.
Trascendió además que el ministerio de Transporte estaba enterado del despido masivo pero no hizo nada para impedirlo.
La central sindical Trade Union Congress, que en los últimos días organizó protestas contra la naviera en Londres y en el puerto de Dover, sur de Inglaterra, exigió al gobierno aprobar una ley que impida a las empresas tratar a sus empleados como mano de obra “desechable”.
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