De acuerdo con el diario The New York Times, muchos estados comenzaron a cerrar los centros de pruebas masivas y de vacunación contra la enfermedad causada por el SARS-CoV-2 mientras los ciudadanos se están despojándose de máscaras sanitarias dentro de las oficinas y los restaurantes.
Por ejemplo, Arizona, Nevada, Hawai y Ohio han dejado de publicar datos diarios sobre hospitalizaciones, infecciones y muertes por el virus, y disminuyeron las campañas para vacunar a los residentes, incluso cuando las autoridades federales anunciaron que las personas de 50 años o más ya pueden recibir una segunda vacuna de refuerzo.
Cifras oficiales muestran que sólo alrededor del 65 por ciento de los estadounidenses han sido inmunizados contra la enfermedad.
La ralentización de los esfuerzos estatales y locales se produce en un momento en el que la pandemia parece estar, al menos por ahora, en retirada, con un rápido descenso de los casos en las últimas semanas. Pero los recortes también llegan en un momento en que una versión más transmisible de la variante Ómicron del coronavirus, conocida como BA.2, se está extendiendo por Europa, Asia y es ahora la dominante entre los nuevos casos en Estados Unidos.
Según el Times, las nuevaes infecciones por la Covid-19 están aumentando de nuevo en varios territorios del país, entre ellos Nueva York.
Los funcionarios de salud pública advirtieron que, si se avecina otro repunte de la pandemia, podría ser un reto volver a aumentar los centros de vacunación y pruebas y otras medidas que ahora están cerrando.
«Tenemos que ser cautelosos. Imaginemos que somos un barco en el mar y que acabamos de bajar del mayor maremoto en el que hemos estado. Sería un momento extraño para tirar los chalecos salvavidas», dijo el asesor jefe de política sanitaria del condado de Milwaukee, Wisconsin, Ben Weston.
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