En esa jornada tendrán lugar aquí comicios legislativos, presidenciales y locales en medio de denuncias por parte de la oposición que cuestionó la transparencia del proceso, y declaraciones del ministro del Interior, Aleksandar Vulin, sobre un posible boicot desde el exterior.
Para el otro candidato presidencial, el general retirado Zdravko Ponos, la opción es evitar la victoria directa de Vucic en primera vuelta y convertir el posible balotaje en un plebiscito sobre su gestión.
Ponos es aspirante por el partido Serbia Unida, la mayor coalición rival, con una postura calificada de centrista.
Mientras el principal socio en el gobierno del SNS, el Partido Socialista, anunció que no presentará candidato.
Alrededor de 6,5 millones los ciudadanos serbios están citados para votar dentro del país y en el extranjero donde, según Vulin, los aliados de la oposición bucarán boicotear el proceso.
Esas protestas serían como las que comenzaron en 2013 en la Plaza del Maidán de Ucrania para defender el acercamiento de esa nación a la Unión Europea (UE) y alejarlo de la influencia rusa, dijo Vulin días atrás citado por la agencia de noticias Tanjung.
El verdadero motivo para negar los resultados de las próximas elecciones e impedir la formación de un Gobierno legítimo no es la duda sobre la limpieza del proceso sino la actitud del ejecutivo serbio hacia la «crisis ucraniana», afirmó el ministro.
La verdadera razón no es la elección sino que Vucic rechaza introducir sanciones contra Moscú, y se opone a que Serbia sea un accesorio de cualquier potencia, dijo Vulin.
Este país balcánico, candidato a ingresar en la UE, no aceptó sumarse a las sanciones de Occidente y del mecanismo regional contra Moscú tras la operación militar especial desplegada por el Kremlin en el Donbass.
Los sucesos de la plaza Maidán citados por Vulin culminaron con el derrocamiento de Yanukóvich y fueron el preludio de ocho años de hostigamiento desde el ejecutivo de Kiev contra los territorios del Donbass.
En febrero pasado y tras una solicitud de los gobiernos de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, Moscú desplegó sus tropas allí con el objetivo declarado de desnazificar y desmilitarizar ese país.
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