En la isla existen normas muy osadas como las que regulan un tiempo para que padres y madres puedan dedicarse al cuidado de familiares que lo necesiten, dijo en exclusiva a Prensa Latina la experta del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas Rosa Campoalegre.
Añadió que otros campos de avances de políticas públicas son los relacionados con los servicios para proveer cuidados, en los que han comenzado a aparecer los nuevos actores económicos para dinamizar un escenario en el que hasta este momento el Estado constituía el principal proveedor.
Señaló la experta con varios proyectos e investigaciones sobre el tema, que en la nación caribeña se ha avanzado mucho en políticas monetarias mediante subsidios y el acceso a recursos, aunque en ellas predomina el enfoque de centrar la responsabilidad en las mujeres.
Al respecto precisó que se han implementado varias políticas para la transformación cultural pero todavía falta por avanzar en ese sentido, y ejemplificó que si bien legalmente los hombres pueden acogerse a licencias para el cuidado de niños y personas en situación de dependencia, en la práctica muy pocos optan por ellas.
Campoalegre opinó que esta situación evidencia que en el imaginario social predomina un patrón machista sobre los cuidados familiares que asigna a la mujer la principal responsabilidad en proveerlo, a pesar de que hace tiempo la realidad ha superado estos mitos.
Los cuidados tienen una gran diversidad de contextos, modos, tipos, constituyen un derecho universal y ello significa no solo que todos los necesitamos a lo largo de la vida, sino que también debemos retribuirlos, ser solidarios y proveerlos independientemente de nuestro sexo.
La investigadora señaló que es un fenómeno común en América Latina, al que Cuba no escapa, como lo evidenció la más reciente encuesta nacional de género, que demostró que las mujeres dedican muchas más horas a tareas del hogar y cuidados que los hombres.
En ese sentido, la experta valoró que a nivel regional existe consenso en cuanto a que no se puede constatar un avance en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas si no se entiende que los cuidados constituyen un trabajo que necesita contabilizarse y hacer visible su aporte a la economía familiar.
A pesar de las normas actualmente vigentes en Cuba, el proyecto de Código de las Familias, sometido a consulta popular hasta este mes, es el primer texto legal que reconoce los deberes y derechos de las personas encargadas del cuidado familiar.
En el cuerpo jurídico se incluyen por ejemplo el derecho que tienen a exigir la restitución o reembolso por los gastos en que pueden incurrir durante el cuidado de las personas y el derecho al descanso.
Apuesta demás por la distribución equitativa del tiempo destinado al trabajo doméstico y de cuidados entre todos los miembros de la familia, aboga por su reconocimiento económico y previene y condena las manifestaciones de violencia hacia los cuidadores o las personas que necesiten de estos.
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