Hasta la fecha, la empresa recibió solo 42 por ciento de los informes solicitados, indicó una fuente sin identificar al periódico The Daily Star.
En todo caso, la entidad libanesa no puede alegar secreto bancario, pretexto empleado con anterioridad, porque el Parlamento aprobó suspenderlo durante un año para facilitar la pesquisa de la compañía con sede en Nueva York.
El Consejo Central de la Banque du Liban (Banco Central de Líbano) afirmó que respetará y cooperará con la auditoría forense prevista por Álvarez y Marsal, indica una nota remitida por la institución y publicada por The Daily Star.
Sin embargo, la auditora estadounidense considera incompletas las respuestas a cuatro preguntas que formuló a la directiva de la entidad bancaria para reactivar un contrato con el Gobierno.
En noviembre pasado, la compañía auditora renunció a continuar la investigación ante la imposibilidad de obtener información necesaria para su trabajo.
Las autoridades libanesas se comprometieron a entregar todo lo necesario para esa pesquisa e incluso el Parlamento derogó la ley del secreto bancario.
Empero, la gerencia de Álvarez y Marsal asegura que solo renovará el contrato si posee todos los elementos para realizar la auditoría forense.
Ese tipo de investigación recurre hasta métodos de criminalística con vista a descubrir y detectar malos manejos operacionales.
Líbano acumula una deuda externa de unos 95 mil millones de dólares, equivalentes a 170 por ciento de su producto interno bruto.
La percepción popular se pregunta adonde fue tal cantidad si en todo caso el país ahora es más dependiente que nunca del sector externo, con solo 30 por ciento de sus necesidades cubiertas por la producción nacional.
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