Las protestas incluyen a camioneros, volqueteros, empleados de “delivery”, conductores de plataformas digitales, choferes de taxis, junto a organizaciones campesinas e indígenas, añadió Juan Villalba, presidente de la Central Obrera y Transporte.
Algunos gremios -agregó el dirigente obrero- se incorporan, también, a causa del rechazo generalizado contra la “Ley Riera”, un proyecto que criminaliza los bloqueos de las vías.
“Ya estamos juntos todos los sectores”, enfatizó Villalba, y aseguró que la reacción de esas fuerzas se explica por el desacierto de las actuales políticas del Gobierno frente a esos y otros problemas del país.
Las protestas rechazan, además, la postergación por el Senado de un proyecto de ley para exceptuar de declaraciones juradas a las proveedoras extranjeras de Petróleos Paraguayos, a fin de eliminar intermediarios y abaratar las tarifas.
“Ciertas personas creen que porque algunos compañeros están detenidos nos van a desarticular”, agregó Villalba en alusión a que muchos choferes manifestantes se concentran alrededor de las vías sin impedir el paso para no agravar la crisis.
“El problema es la necesidad que tenemos. Ya no aguantamos, muchos trabajadores ya no tienen ganancias y así no pueden vivir, ni llevar el pan a sus hogares”, puntualizó el presidente de la Central Obrera y Transporte.
Varias organizaciones de trabajadores se incorporaron al paro en repudio al proyecto de ley impulsado por el senador Enrique Riera para modificar el Código Penal y aumentar la pena carcelaria a los cierres de rutas.
Las nuevas adhesiones de demandantes corresponden a la Central Nacional de Trabajadores; la Central Sindical de Trabajadores; la Central Unitaria de Trabajadores Auténtica; y la Central Unitaria de Trabajadores.
Líderes de esas agrupaciones sostienen que el proyecto responde a “sectores oligárquicos y terratenientes de nuestro país», y cuestionaron la intención de criminalizar las luchas sociales.
Los sindicalistas recordaron que la Constitución garantiza el derecho a manifestaciones, “en un país donde los empresarios no están acostumbrados a cumplir las leyes”, mientras las protestas defienden “los derechos de los sectores más desprotegidos”.
El diálogo social debe ser el camino y el elemento sustancial para dirimir intereses y puntos en desacuerdo; ni el garrote ni la cárcel son la solución, insistieron los delegados de las movilizaciones.
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