Según el estudio publicado por la revista JAMA Pediatrics, cerca de 85 mil niños y adolescentes se quitaron la vida desde marzo del 2020 hasta marzo del 2021, el primer año de la pandemia de la Covid-19.
Los investigadores de Harvard, el Instituto Tecnológico de Massachusetts y el hospital infantil de Boston, determinaron que los traumas y el reducido acceso a psiquiatras y psicólogos podrían haber influido en el empeoramiento del estado de salud mental de las personas.
Las muertes autoprovocadas se dispararon en Georgia, Indiana, Nueva Jersey, Oklahoma, Virginia y California, según el análisis.
Mientras tanto, el número total y la proporción de los decesos en la adolescencia bajaron en Montana y en Alaska. Los seis estados restantes examinados fueron Arkansas, Connecticut, Nebraska, Ohio, Vermont y Colorado.
El estudio de los 14 territorios y la comparación de los resultados con datos obtenidos de los años 2015 y 2019 alertan sobre las crecientes cifras de suicidio registradas durante la crisis sanitaria, advirtieron los investigadores.
Esta no es la primera vez que los profesionales de la salud mental dan la voz de alarma sobre esta situación desatada durante la pandemia.
En octubre, tres organizaciones sanitarias, la Academia Americana de Pediatría, la Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente y la Asociación de Hospitales Infantiles, declararon la salud mental de los niños y adolescentes en estado de emergencia nacional.
Los profesionales de la salud advirtieron que se habían disparado las tasas de «depresión, ansiedad, trauma, soledad y suicidio entre los menores, los jóvenes y sus familias, debido a la pérdida de uno de los padres por la enfermedad causada por el SARS-CoV-2, o por otras dificultades generadas por la crisis.
Además, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades también publicaron un informe en junio del año pasado sobre el estado de los suicidios de niños y jóvenes.
La agencia analizó los datos de las visitas a las salas de urgencias por emergencias relacionadas con la salud mental en 2019 y 2020 y determinó que se incrementaron en un 31 por ciento en las edades entre 12 y 17 años.
«La pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de revisar, o al menos aumentar, la inversión en salud mental de los jóvenes», dijo la profesora de psicología del Hunter College de la City University de Nueva York, Regina Miranda.
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