La Guardia Costera y las Fuerzas de Autodefensa Marítima de Japón utilizan una cámara submarina operada remotamente, con la cual rastrean alguna abertura que les permita ingresar en la nave y verificar si quedan personas atrapadas.
El rescate de naufragios suele ser caro pero el gobierno nipón espera que la empresa operadora del barco, Shiretoko Pleasure Cruise, corra con los costos.
El bote de 19 toneladas naufragó el pasado 23 de abril cerca de las cataratas de Kashuni, donde su capitán, Noriyuki Toyoda, realizó una llamada de auxilio antes de desaparecer.
Hasta la fecha, los rescatistas nipones encontraron 14 de los pasajeros que iban a bordo de la embarcación, cuyos cuerpos sin vida permanecen en una morgue improvisada en el gimnasio de la ciudad de Shari, para el reconocimiento por parte de sus familiares.
La víspera, Rusia informó que sus patrulleros divisaron una persona con chaleco salvavidas a la deriva, frente a la costa oeste de la isla Kunashiri, pero el mal tiempo imposibilitó su rescate antes de perderlo de vista.
La autoridad de seguridad fronteriza rusa recuperó también una mochila perteneciente a una de las víctimas del siniestro, informó la guardia costera japonesa.
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