De acuerdo con el nuevo estudio del Centro de Investigación Pew, alrededor de una cuarta parte de los encuestados declararon haber sido objeto de discriminación por parte de otros hispanos y que aproximadamente un tercio, 31 por ciento, dijo haber sufrido discriminación por parte de un no latino.
No obstante, los hispanoamericanos nacidos en el país norteño declararon haber sido maltratados en menor medida que sus homólogos nacidos en el extranjero.
La violencia a la que son sometidos varía, según los resultados del estudio, que incluyó a tres mil 375 personas, contactadas vía telefónica y por correo electrónico en marzo del año pasado.
Cerca de una cuarta parte de los entrevistados hispanohablantes dijo fue criticada por hablar en español en público y el 20 por ciento aseguró haber recibido al menos una ofensa en el año anterior a la encuesta.
En algunos casos, los latinos declararon haber sido objetos de comentarios o bromas racialmente insensibles por parte de otros miembros de su comunidad, señalaron los investigadores.
La discriminación basada en la raza y en el color de la piel existe en América Latina al igual que en Estados Unidos, por lo que la dinámica entre los latinos se asemeja a la de su país de origen, comentó la investigadora principal del Centro de Investigación Pew, Ana González-Barrera.
Alrededor del 41 por ciento de los latinos con un color de piel más oscuro dijeron haber sufrido un trato injusto por parte de otra persona, mientras que sólo el 25 por ciento de los entrevistados que tienen la piel clara dijeron lo mismo.
El país de origen también influyó en el hecho de que un hispano en Estados Unidos sufriera discriminación, según los resultados del informe.
Los investigadores de Pew también descubrieron que un gran número de latinos escuchan comentarios racistas o racialmente insensibles sobre sus compañeros en el hogar.
Los más jóvenes, de 29 años o menos, que tienen cierta experiencia universitaria, son más propensos a informar de que escuchan estos comentarios en comparación con los latinos de 50 años o más y los que tienen menos estudios.
«No estamos seguros de por qué», dijo González-Barrera y agregó que es posible que algunos de ellos estén expuestos a situaciones diferentes cuando van a la universidad y también es más probable que identifiquen lo que está sucediendo y lo verbalicen.
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