Una lancha del organismo nipón registró sin éxito el área, con previo autorizo de Moscú en virtud de la Convención Internacional sobre Búsqueda y Salvamento Marítimo.
El 27 de abril, Rusia informó que sus patrulleros divisaron una persona con chaleco salvavidas a la deriva, frente a la costa oeste de Kunashiri, pero el mal tiempo imposibilitó su rescate antes de perderlo de vista.
La autoridad de seguridad fronteriza rusa recuperó también una mochila perteneciente a una de las víctimas del siniestro, informaron los guardacostas japoneses.
La exploración alrededor de la península de Shiretoko, en el extremo norte de Japón, continúa por decimocuarto día consecutivo, desde que el Kazu 1 naufragó cerca de las cascadas de Kashuni, con 26 pasajeros a bordo.
Hasta la fecha las autoridades japonesas encontraron los cuerpos sin vida de 14 personas, pero otras doce siguen con paradero desconocido.
El barco yace a unos 120 metros de profundidad. La Fuerza de Autodefensa Marítima logró introducir una cámara en la nave, pero las imágenes no revelaron figuras humanas.
El dispositivo remoto utilizado para la misión, el mismo que descubrió el casco del Kazu 1 en el fondo del mar, quedó atrapado dentro de la estructura sumergida y las autoridades abortaron temporalmente la indagación submarina.
Para explorar mejor la zona, la guardia costera contrató por 877 millones de yenes (unos siete millones de dólares estadounidenses) a una empresa privada especializada en el buceo de saturación, capaz de realizar inmersiones profundas.
Además, la firma Nippon Salvage utilizará un sumergible no tripulado para inspeccionar las áreas circundantes al bote.
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