«Resulta un momento muy especial en mi vida, especial por contar con ustedes, por lograr, por primera vez, juntar todas las fuerzas políticas progresistas en torno a mi campaña», afirmó Lula en el acto en Sao Paulo para lanzar el movimiento Vamos Juntos Por Brasil, que reúne a partidos políticos, sindicatos y personalidades de respaldo a su precandidatura.
Señaló que «queremos volver (al poder) para que nadie se atreva a desafiar la democracia de nuevo. Y así el fascismo vuelve a la cloaca de la historia, de donde nunca debió salir».
Refirió en que «tenemos un sueño. Nos mueve la esperanza. Y no hay mayor fuerza que la esperanza de un pueblo que sabe que puede volver a ser feliz».
El fundador el Partido de los Trabajadores (PT) reiteró su aspiración de «reconducir a Brasil hacia el futuro, por los caminos de la soberanía, el desarrollo, la justicia y la inclusión social, la democracia y el respeto al medio ambiente».
Para Lula, el embarazoso momento que atraviesa el país, «uno de los más graves de nuestra historia, nos obliga a superar posibles diferencias para construir juntos un camino alternativo a la incompetencia y el autoritarismo que nos gobiernan».
En el mismo evento, el exgobernador Gerardo Alckmin, dupla electoral del exdirigente obrero como vicepresidente, denunció la situación en la que el Gobierno de Bolsonaro destruye a Brasil y Lula es el «único camino» de esperanza en el país.
«Las próximas elecciones serán una gran prueba para nuestra democracia. Lula es hoy la esperanza que le queda a Brasil. No es el primero, ni el segundo, ni el tercero, es el único camino de esperanza para Brasil», remarcó Alckmin, en su declaración transmitida por video en la paulista Expo Center Norte.
Recientemente, el expresidente certificó que aspira a representar rumbo a las votaciones una coalición de siete partidos de centro-izquierda.
«A los que aún no se han unido a nosotros, nuestros brazos están abiertos para recibir a todos los que quieran recuperar este país», insistió.
Hasta la fecha, el líder petista continúa como el máximo favorito para las presidenciales con un 44 por ciento de apoyo y Bolsonaro un 30, de acuerdo con la última encuesta elaborada por el Instituto de Pesquisas Sociales, Políticas y Económicas y encargada por la firma XP Investimentos.
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