Según la prensa local, el contagio se identificó durante el análisis de las muestras de varios pacientes en Pyongyang que tenían fiebre, y las investigaciones arrojaron la presencia del sublinaje BA.2 de Ómicron.
Tras conocerse el resultado el líder de la RPDC, Kim Jong-un, presidió una reunión del Partido de los Trabajadores para responder ante lo que se consideró el “incidente de emergencia nacional más grave».
Kim orientó el confinamiento en todo el país, manifestó confianza en superar pronto la situación y pidió mantener una vigilancia más estricta en las fronteras terrestres, el mar y el aire para prevenir un «vacío de seguridad» en la defensa de la nación.
Al mismo tiempo, urgió a los funcionarios a seguir adelante con el plan de desarrollo económico y los proyectos de construcción del país, según lo planeado.
La RPDC hasta ahora fue uno de los pocos países del mundo que se mantuvo sin notificar casos de Covid-19, tras reportarse por primera vez esa enfermedad en China durante 2019 y el posterior estallido de su pandemia a principios de 2020.
No obstante, hace dos años tiene las fronteras cerradas y en diciembre pasado sus autoridades anunciaron la intensificación de la campaña de salud para evitar la entrada de la variante Ómicron del virus.
Ello implicó la instalación en los lugares públicos y centros de trabajo de puntos de información sobre las normas sanitarias, la revisión de los protocolos de cuarentena, un incremento de las labores de esterilización y el monitoreo permanente para detectar con prontitud cualquier síntoma vinculado con el SARS-CoV-2.
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