El personaje, Zamir Villaverde, con antecedentes de asalto y robo, insistió en que el encargado de contactar a Salas con Castillo es el ex alcalde de la ciudad norandina de La Paz, Vladimir Meza, quien afirmó tenía contacto con el presidente, junto a la empresaria Silvia Barrera.
Al declarar ante la Comisión del Congreso, el empresario rechazó la afirmación de Meza, de que no lo conoce y lo denunciará por difamación por acusarlo en falso de ser enlace del supuesto fraude y soborno.
Afirmó que ingresó al palacio de gobierno junto a Meza y Barrera, a reunirse con Bruno Pacheco, ex secretario presidencial y hoy prófugo e investigado por posible corrupción.
Señaló que la empresaria Karelim López, que imputa también al presidente como cabeza de una red de corrupción, servía a Villaverde y estaba dedicada a cobrar sobornos por contratos con el Estado o por ascensos militares, para pagar los tres millones supuestamente pagados a Salas.
Cuando congresistas de diversas tendencias le pidieron pruebas o más elementos, se negó a responder a la espera, según dijo, de medidas de protección, pues alega que su vida corre peligro por amenazas recibidas.
El presidente del JNE ha rechazado en forma rotunda que siquiera conozca a Meza y a Villaverde y coincide con expertos electorales en que no es posible que el titular del Jurado, aunque quisiera, pueda realizar un fraude.
Explican que los comicios y los cómputos de las elecciones están a cargo de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), un organismo autónomo e independiente, y así ocurrió en la elección presidencial ganada por Castillo en 2020.
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