«Bolsonaro sigue fomentando la violencia contra (expresidente Luiz Inácio) Lula (da Silva) y contra los votantes», alertó Hoffmann en la red social Twitter.
Señaló que el exmilitar «no sabe lo que es el diálogo, el debate, el civismo. No sabe perder».
Insistió en que sus arengas «suenan a desesperación. Los juramentos, los ataques y las llamadas a Dios demuestran que no aceptará la derrota. Las instituciones deben permanecer vigilantes, con tanto estímulo podemos tener una campaña (electoral) violenta», refirió.
La diputada advirtió que «la sociedad y las instituciones deben reaccionar en defensa de la democracia y contra la violencia política».
Durante un evento en el municipio de Propriá, en el pequeño estado de Sergipe (nordeste), Bolsonaro consideró que el arma, «además de la seguridad personal de las familias, es también la seguridad de nuestra soberanía nacional y, la garantía de que nuestra democracia será preservada».
Para el excapitán del Ejército, «no importa qué medios tengamos que utilizar algún día. Nuestra democracia y nuestra libertad no son negociables».
Según la revista Exame, Bolsonaro emitió tal declaración en momentos en que es acusado por los opositores de preparar su discurso para intentar «melar (cubrir con miel)» las elecciones de octubre en caso de derrota en las urnas.
También, en precampaña, el gobernante hizo un guiño al senador Fernando Collor (expresidente 1990-1992), calificándolo de «gran aliado en el Parlamento» y repitió la frase: «el Nordeste es nuestro».
El Nordeste es la región del país donde el exmilitar enfrenta más dificultades ante la ventaja de Lula en los sondeos de opinión rumbo al sufragio.
Una vez más Bolsonaro terminó su discurso en Propriá con la oración Dios, Patria, Familia y Libertad.
Exame explica que ese lema constituía una frase-síntesis de la llamada Acción Integralista Brasileña, un movimiento de inspiración fascista fundado en Brasil por Plínio Salgado, en 1932.
A raíz de amenazas y ataques, organizaciones de la sociedad civil brasileña entregaron una carta al presidente del Tribunal Superior Electoral, Edson Fachin, en repudio a las embestidas del jefe de Estado contra el sistema electivo.
Firmado por la Coalición por la Defensa del Sistema Electoral, el documento pide a Fachin que investigue, si es necesario, el uso de herramientas de espionaje por parte del actual gobierno para «interferir en la regularidad del proceso electoral».
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