Un equipo de buzos especializados en la técnica de saturación exploraron desde ayer el interior y los alrededores del barco que yace a unos 120 metros de profundidad, cerca de las cataratas de Kashuni, pero no avistaron pistas humanas.
Las operaciones sobre el lecho marino permitieron examinar el daño del casco y su resistencia con vista a una futura extracción.
A propósito, el ministro de Tierra, Infraestructura, Transporte y Turismo, Tetsuo Saito, dijo en conferencia de prensa que los preparativos para recuperar el Kazu 1 progresan, aunque todavía falta adoptar una decisión definitiva sobre el asunto.
Hasta la fecha, las autoridades niponas encontraron los cuerpos sin vida de 14 personas, pero se desconoce el paradero de los otros 12 pasajeros del bote turístico que naufragó el pasado 23 de abril, mientras navegaba alrededor de la vistosa península de Shiretoko.
Asimismo, los guardacostas japoneses informaron que sus pares rusos hallaron un segundo cadáver en la isla Kunashiri (una de las Kuriles) e inmediatamente notificaron a la cancillería de Tokio.
El primero de los cuerpos en territorio bajo soberanía rusa apareció el 6 de mayo y pertenecía a una mujer. Ambos fallecidos siguen sin identificar, pero tanto Rusia como Japón consideran que pudiera tratarse de algunos de los turistas nipones que viajaban en el Kazu 1 durante el fatal accidente.
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