El documento final del evento convocado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) enfatiza que «las consecuencias de la pandemia de Covid-19, los conflictos armados y las crisis alimentarias, humanitarias y medioambientales amenazan con revertir los años de progreso».
Por tanto, incluye compromisos para acabar con el trabajo infantil en la agricultura y eliminar el trabajo forzoso, la esclavitud moderna y la trata de personas.
Garantizar el acceso universal a una educación, articular la protección social y aumentar la financiación para esta causa son otras prioridades.
A lo largo de la semana, más de mil delegados de gobiernos, organizaciones de trabajadores y empleadores, agencias de la ONU, sociedad civil y organizaciones regionales debatieron caminos para hacer efectivos estos acuerdos. Otros siete mil participantes se conectaron de forma virtual.
Por primera vez en la historia de estas conferencias, al evento asistieron delegados infantiles, que dejaron claras sus expectativas de que los responsables de la toma de decisiones redoblen sus esfuerzos y aceleren los avances.
El Llamamiento a la Acción de Durban se produce cuando sólo quedan tres años para alcanzar el objetivo de eliminar todo el trabajo infantil para 2025 y sólo ocho años para eliminar el trabajo forzoso para 2030, como se indica en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
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