Trump busca desbancar al gobernador Brian Kemp, un republicano conservador con méritos en la gestión del gobierno estatal desde un punto de vista conservador, algo que es un catálogo digno de aplaudir, según una valoración del diario The New York Times.
El político hizo una campaña dura en autobús por algunos de los rincones más conservadores del estado, fundamentalmente por ser objeto de eliminación en las primarias por parte de Trump, empeñado en castigarlo por negarle su ayuda para anular los resultados de las elecciones de 2020.
Para consumar su venganza, algo muy difícil en opinión de analistas, el expresidente apostó por el exsenador David Perdue, que perdió una segunda vuelta con el demócrata Jon Ossoff en enero de 2021.
Los que siguen el proceso estiman que Perdue diseño servilmente su campaña en torno a las tonterías del fraude electoral del exgobernante actuando básicamente como su apoderado y su Gran Mentira.
Un análisis de las encuestas de las últimas semanas permitiría apostar con éxito por una derrota de la franquicia Trump, ya que Kemp domina los sondeos con apoyos a veces superiores al 50 por ciento, lo que evitaría una segunda vuelta entre los de la tolda republicana.
Esto sería una derrota humillante para el exmandatario, que trabajo para convertir la carrera en el último partido de rencor entre él y su némesis Kemp, indicó una opinión publicada por el Times.
Demás está decir que el actual gobernador cuenta con el respaldo de figuras de relevancia nacional como el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie y el exvicepresidente Mike Pence, entre otros republicanos que ya se manifiestan hastiados por lo que consideran son cuentos de su exjefe de que le robaron las elecciones en 2020.
Gracias a las maquinaciones del exmandatario, las elecciones de Georgia este martes vuelven a tener una importancia desmesurada, y sus primarias se convierten en una especie de referéndum sobre la salud del Partido Republicano, y de la llamada democracia estadounidense.
También los expertos seguirán hoy las elecciones para la plaza de secretario de Estado, donde el titular, Brad Raffensperger, está en la lista negra y deberá enfrentar a la diputada Jody Hice, respaldada por el expresidente.
Georgia es un tema delicado para Trump, ya que los votantes no se limitaron a rechazarlo como presidente, sino que le dieron el control del Senado a los demócratas, por eso su sed de venganza y el desespero por reivindicarse ante sus seguidores.
Pero la apuesta no será fácil cuando algunos pesos pesados republicanos trabajan activamente para oponerse a los candidatos que apoya Trump, en especial en el enfrentamiento Kemp-Perdue.
George W.Bush, Pence y Christi son algunos de los nombres que acompañan al gobernador, en especial los dos últimos que muestran interés en presentarse como conservadores independientes y de principios, una marca que no sería mal vista en una futura contienda presidencial.
Si Kemp vence a Perdue y, por extensión, a Trump, la cuestión clave será cómo responderá el expresidente, sobre todo cuando la gente se dedique a contar que pierde el jugo, una de las interrogantes planteada por el Times sobre los comicios de este martes.
Una vez consumado el esperado fracaso del exgobernante, el choque de Kemp con la demócrata Stacey Abrams y el senador Raphael Warnock (demócrata) contra el exjugador de la NFL Herschel Walker (r), al que Trump apoya, se presagia espectacular aunque algunos expertos aseguran que pesará mucho en el resultado que ahora Trump no está en la boleta.
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