De acuerdo con autoridades de salud, las mujeres que deseen interrumpir su embarazo viajarán en multitudes desde los estados conservadores cuando el Tribunal Supremo emita un dictamen para anular la decisión histórica que permitió desde 1973 el aborto durante el primer trimestre de gestación.
En entrevistas con medios locales, esos proveedores dicen que ya han visto un aumento del número de pacientes que viajan a través de las fronteras estatales desde que las legislaturas controladas por los republicanos aprobaron nuevos límites al acceso al servicio.
Aseguran que esas cifras se dispararán cuando la decisión del alto tribunal permita que entren en vigor las llamadas “leyes gatillo”, que prohíben el proceso quirúrgico.
«Los modelos de pronósticos adelantan que, durante el primer año tras la anulación de Roe, más de 14 mil pacientes adicionales acudirán a Illinois, explicó el vicepresidente de estrategia y comunicación de Planned Parenthood de la región de San Luis y el suroeste de Missouri, Bonyen Lee-Gilmore.
Ahora estamos tratando de averiguar cómo tener la mano de obra suficiente para ayudar a las mujeres que van a recurrir a nosotros muy pronto, agregó.
La sección de Lee-Gilmore de Planned Parenthood incluye clínicas en el sur de Illinois, un estado controlado por los demócratas que está rodeado por varios otros en los que el aborto se volvería ilegal o estaría severamente restringido si bloquean el caso Roe.
Actualmente, los centros médicos de la región de San Luis realizan entre seis mil y siete mil interrupciones al año, pero esa cifra podría aumentar a 20 mil.
En Colorado y Nuevo México, las delegaciones de Planned Parenthood comenzaron a experimentar una afluencia de pacientes que buscaban abortos el año pasado, cuando el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, firmó una ley que restringía el procedimiento.
Ahora, con la posibilidad de que se prohíba o se reduzca en Oklahoma, Arizona, Utah, Wyoming y Nebraska, esas clínicas se plantean qué deben hacer para aumentar su capacidad. El caso se conoce con ese nombre porque en 1971 una madre joven de Texas, bajo el seudónimo de “Jane Roe”, presentó una demanda contra el fiscal del distrito local, Henry Wade, al no poder abortar su tercer embarazo por las estrictas leyes de su estado.
El fallo le dio la razón a Roe y la sentencia fue histórica, porque legislaba que el aborto no podía ser prohibido durante el primer trimestre de embarazo, ya que eso atentaba contra el derecho a la intimidad de la mujer. Antes del caso, en 30 de los 50 estados del país la interrupción era completamente ilegal.
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