De acuerdo con la entidad, al continuar fuerte la demanda de bienes podrían disiparse los temores de una inminente recesión y las agresivas alzas de las tasas de interés para controlar la inflación.
El ISM alertó sobre una caída de la fuerza de trabajo en las fábricas -el primer retroceso en casi un año- y muestra una contracción del índice de empleo en el sector a 49,6 desde 50,9 puntos en abril.
En medio del endurecimiento de las condiciones financieras, el primer descenso por debajo de 50 desde el pasado agosto podría ser también una posible señal de alarma.
Mientras, el subíndice de nuevos pedidos aumentó a 55,1 desde 53,5 en abril, a pesar de las interrupciones en las cadenas de suministro.
Una lectura superior a 50 indica una expansión en el sector manufacturero, que representa el 12 por ciento de la economía estadounidense.
En tanto, el indicador de ISM para las entregas de los proveedores bajó a 65,7 el mes anterior desde los 67,2 de abril, en este caso un dato superior al 50 por ciento indica una ralentización de las entregas a las fábricas.
Por su parte, los pedidos pendientes subieron a 58,7 desde 56,0 en abril, según el ISM.
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