La propuesta es resultado de los debates de este jueves en el Comité Judicial de la Cámara Baja y prevé elevar el requisito de edad para comprar armas semiautomáticas de 18 a 21 años y prohibir el uso civil de cargadores de alta capacidad y aceleradores de disparos.
Además, ordenaría que las compras de las llamadas armas fantasma estén sujetas a verificación de antecedentes y reforzarían los requisitos de almacenamiento de artefactos letales.
La votación se producirá poco después de sucesos violentos que han puesto sobre la mesa el debate sobre la necesidad de una legislación al respecto.
Además, los representantes tienen programada la próxima semana la discusión de otro proyecto que establecería a nivel nacional la llamada “ley de bandera roja”, mediante la cual los tribunales pueden exigir a las personas consideradas un peligro para sí mismas o para otros que entreguen sus armas a la policía.
Es poco probable que alguna de esas propuestas pasen por el Senado y lleguen al escritorio del presidente Joe Biden, quien esta noche pronunciará un discurso a la nación sobre la situación de la violencia armada.
Congresistas, principalmente republicanos, se niegan a limitar el acceso a los armamentos, al tiempo que la poderosa Asociación Nacional del Rifle presiona a los legisladores para rechazar cualquier cambio.
El pasado 24 de mayo un joven de 18 años mató a tiros a 19 niños y dos maestras en una escuela de Texas. Anteriormete, en la ciudad neoyorquina de Buffalo, un supremacista blanco disparó en un supermercado y cobró la vida de 10 personas; y la víspera un hombre armado asesinó a cuatro personas en una clínica médica en Tulsa, Oklahoma.
car/avr