En el análisis detallado de los datos participaron varias instituciones como la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón, las universidades de Tokio e Hiroshima, junto a otros institutos afines, comunicó a la prensa el Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología (MEXT) del país asiático.
De acuerdo con el organismo, el descubrimiento de los aminoácidos en el cuerpo celeste reviste una gran importancia, pues podría revelar pistas sobre el origen de la vida en la Tierra.
A juicio de expertos, estos componentes orgánicos son básicos en la formación de proteínas e indispensables para los organismos vivos.
La sonda japonesa Hayabusa 2 regresó al planeta el 5 de diciembre de 2020 luego de un viaje de seis años a Ryugu, que orbita a unos 300 millones de kilómetros, precisó la fuente.
La cápsula trajo consigo 5,4 gramos de polvo recogido de la superficie y el subsuelo del asteroide, el cual posee un diámetro superior a los 870 metros y pesa 450 millones de toneladas.
Al recolectar el material directamente en el espacio, este se mantiene estéril, diferente a las muestras de meteoritos que se alteran cuando arden al entran a la atmósfera terrestre, y luego por el ambiente o la manipulación humana, entre otros factores.
A propósito, el MEXT certificó que la arena traída de Ryugu no presentaba indicios de una exposición a altas temperaturas y posee la densidad más baja entre la de todos los meteoritos estudiados hasta el momento.
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