Analizamos aproximadamente 260 campañoles de banco (Myodes glareolus) capturados entre 2015 y 2017 alrededor del condado de Örebro, situado en la zona central del país, y confirmamos en el 3,4 por ciento de ellos la presencia del patógeno, remarcaron los autores del artículo.
Estos animales son pequeños roedores de alrededor de 10 centímetros (3,9 pulgadas) de largo que viven en áreas boscosas y se relacionan con los hámsters y los lemmings, denominados también ratones de pradera.
Los resultados sugirieron que el virus está muy extendido y es común en los roedores de campo de Suecia, afirmó el profesor de virología y jefe del Centro de Ciencias de Zoonosis de la casa de altos estudios, Åke Lundkvist.
El experto, quien dirigió la investigación junto con Jiaxin Ling y Anishia Wasberg, mapea virus zoonóticos para aumentar la comprensión de la interacción entre estos y los animales huéspedes.
Su objetivo resulta aumentar el conocimiento y desarrollar métodos que limiten de manera efectiva los principales brotes de patógenos y evitar que la infección se traslade hacia los humanos.
“Todavía no sabemos qué amenazas potenciales puede representar el virus Grimsö para la salud pública. Sin embargo, según nuestras observaciones y los coronavirus anteriores identificados entre ratones de campo, hay buenas razones para continuar monitoreandolo”, aseveró Lundkvist.
Los roedores salvajes –apunta la literatura- ya portan varios microorganismos zoonóticos, como Hantavirus y Tularemia, lo cual significa que juegan un papel clave en la forma en que se propagan las enfermedades infecciosas.
A diferencia de los coronavirus SARS-CoV y MERS que se originan en los murciélagos, los estacionales, como HCoV-OC43 y HCoV-HKU1, parecen haber llegado a los humanos a través de roedores como ratas, ratones y campañoles.
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