En su más reciente reporte, la OCDE aseguró que la guerra en Ucrania y los últimos confinamientos en China por la Covid-19 afectaron a la economía mundial, que ya estaba en camino de una recuperación fuerte, aunque desigual.
La organización prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) alcanzará un 2,8 por ciento para 2023.
Sobre la inflación significó que la situación bélica en el este de Europa anuló las esperanzas de un fin rápido del alza de los precios debido a los cuellos de botella en el suministro relacionados con la Covid-19, que se observaron en la economía mundial durante 2021 y principios de 2022.
En las previsiones presentadas se espera que las economías de los países del G20 (las 20 más desarrolladas) crezcan un 2,9 por ciento este año y un 2,8 en 2023, mientras que las proyecciones para Reino Unido son del 3,6 y cero, respectivamente, y del 2,5 y el 1,2 por ciento para Estados Unidos.
Asimismo, la OCDE estima que la economía de la eurozona se expanda un 2,6 por ciento y un 1,6 en 2022 y 2023, en tanto la turca aumentará un 3,7 y un tres por ciento durante el mismo período.
En relación con las expectativas de inflación, estas aumentaron para casi todos los países, según el informe, el cual alertó sobre los riesgos de caer en el fenómeno de estanflación, al estilo de los años 70, y de la necesidad global de impedir una crisis alimentaria que podría afectar a los países pobres.
Para los expertos que elaboraron el documento, más allá de Ucrania y Rusia, la región más afectada será Europa por su dependencia de ambos países, y sobre todo por las importaciones energéticas rusas.
La OCDE, fundada en 1961, es un organismo de cooperación internacional compuesto por 38 estados, que coordina políticas económicas y sociales internacionales.
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