Con la firma del primer ministro interino libanés, Hassan Diab, se completó la oficialización de esa demanda, rubricada con anterioridad por los titulares en funciones de Obras Públicas y Transporte, Michel Najjar, y de Defensa, Zeina Akar Adra.
El documento deberá aún llegar al presidente de la República Michel Aoun antes de ser enviado a la ONU para registrar las nuevas coordenadas.
‘No vamos a ceder ni un centímetro de nuestra patria ni una gota de sus aguas ni un centímetro de dignidad’, dijo Najjar en declaraciones citadas este martes por The Daily Star.
Israel bombea gas de campos marinos limítrofes con Líbano que aún está en la fase de prospección a cargo de un consorcio internacional integrado por las empresas Eni, de Italia; Novacek, de Rusia, y Total, de Francia.
Empero, la disputa acarrea demoras y temor en las compañías de un conflicto que llegue a males peores.
El ministro israelí de Energía, Yuval Steinitz, indicó que los reclamos libaneses de última hora descarrilarían las conversaciones en lugar de ayudar a trabajar hacia una solución común.
‘Esas medidas serán respondidas con decisiones paralelas por Israel’, aseguró en el tono desafiante característico de Tel Aviv.
Ambos Gobiernos iniciaron en octubre pasado negociaciones indirectas, con mediación de Estados Unidos y la Fuerza de Paz de la ONU en Líbano que cesaron en diciembre último.
Ese diálogo derivó de una década de esfuerzos diplomáticos estadounidenses.
El subsecretario de Asuntos Políticos de Estados Unidos, David Hale, tiene previsto viajar en breve a Beirut en un intento por reanudar esos encuentros.
Beirut y Tel Aviv están técnicamente en guerra desde 1948 a raíz de la instalación en Palestina del régimen israelí.
La nación de los cedros sufrió invasiones y ocupaciones de Israel, incluida una de 1982 a 2000, y otra en 2006, en la cual Hizbulah derrotó al agresor en 33 días.
A juicio del presidente de la República libanesa, Michel Aoun, son infundadas las afirmaciones de la contraparte respecto a que Beirut modificó su posición en siete oportunidades.
‘La postura de El Líbano es invariable, dijo, respecto a sus fronteras del sur’.
Durante las primeras etapas de las conversaciones, las partes analizaron un mapa registrado en 2011, en la ONU, que muestra una franja de mar de unos 860 kilómetros cuadrados en disputa.
Sin embargo, el gobierno libanés considera errónea esa demarcación y exige mil 430 kilómetros cuadrados adicionales que cubren parte del campo de gas Karish de Israel.
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