Sin embargo, en el excéntrico Japón, algunas representaciones de la cultura nacional alcanzan los lugares más insospechados, incluso bajo nuestros pies si la fortuna nos coloca sobre las peculiares y pintorescas tapas de alcantarilla.
Gracias a sus llamativos diseños, alrededor de 12 mil piezas de hierro, que indican la entrada a los túneles de aguas residuales en la nación asiática, devienen orgullo local.
Castillos, flores, peces, arrozales, puentes, el monte Fuji, festivales, personajes de historietas, videojuegos o escenas de animes, textos conmemorativos y otro grupo de símbolos identitarios aguardan en las calles de casi todos los municipios nipones.
La idea de estilizar las placas de los registros, manhoru en japonés, surgió a principios de los años 80 del siglo pasado. La estrategia gubernamental buscaba captar el interés de los contribuidores respecto a un nuevo sistema de alcantarillado y obtener su compresión sobre los elevados costos de la infraestructura.
Entrado el siglo XXI, las tapas superaron el mero deleite visual. Su impacto trascendió las fronteras del arte para convertirse en un atractivo turístico y nicho lucrativo explotado por la mercadotecnia.
Ante la creciente popularidad, el Ministerio de Tierra, Infraestructura y Transporte inició en 2014 las Cumbres de Tapas de Alcantarillas, un evento esperado con ansias por los aficionados al tema, quienes se denominan “manholers”.
La cita bianual propicia el intercambio de opiniones sobre las redes de drenaje, mientras los participantes compran suvenires, pasteles dorayaki estampados con los patrones de las piezas de hierro o disfrutan de otras atracciones propias de ese universo.
Un juego llamado Manhole Card, creado en 2016 por Yamada Hideto a petición del Gobierno nipón, disparó la notoriedad del fenómeno. La iniciativa moviliza a miles de coleccionistas, quienes deben visitar los lugares en los que se encuentran las creaciones para obtener cartas con las coordenadas geográficas, información y fotografía del artículo deseado.
También la exitosa franquicia Pokémon Go para dispositivos móviles convirtió la entrada de varios desagües en pokeparadas, al plasmar en la superficie de las cubiertas algunos de los emblemáticos monstruos de bolsillo.
(Tomado de Orbe)