Al publicar los informes sobre las necesidades del mercado laboral para mejorar la formación profesional en el país, Unicef y la OIT coincidieron que la crisis agravada provocó la pérdida de millones de plazas de trabajo, fundamentalmente en la población joven.
Según ambas entidades, antes del colapso económico y financiero la mitad de los jóvenes ejercían labores en sectores que corrían un alto riesgo de pérdida de empleo, mientras una cuarta parte de ellos estaba en las calles sin ocupación ni acceso a la educación.
Tales problemáticas aumentaron las tasas de personas que no están empleadas, ni estudian ni reciben formación en la nación de los cedros, reflejó la investigación de Unicef y la OIT.
De acuerdo con Ettie Higgins, representante adjunta de Unicef, los jóvenes en Líbano representan más del 30 por ciento de la población y la crisis les impide invertir su potencial en el desarrollo económico del país.
Actualmente, el Fondo de Naciones Unidas identifica en las comunidades libanesas las necesidades del mercado para brindar capacitación profesional, con un enfoque dirigido a las mujeres.
Junto a los socios, empoderamos a los jóvenes para que desarrollen sus capacidades y encuentren trabajos o actividades generadoras de ingresos para contribuir plenamente a la sociedad, acotó Higgins.
Ruba Jaradat, directora Regional de la OIT para los Estados Árabes, llamó a apoyar el espíritu empresarial y las oportunidades de trabajo por cuenta propia para fortalecer los medios de subsistencia y crear nuevas oportunidades comerciales.
La evaluación de mercado basada en la comunidad involucró a regiones vulnerables como Chtoura, Halba, Wadi Khaled, Minieh, Donnieh, Norte de Beqaa, Saida, Marjeyoun y Hasbaya.
En la construcción de los informes participaron entidades aliadas a Unicef y bajo la metodología de la formación para el empoderamiento económico rural de la OIT se abordó la atención en grupos desfavorecidos, como mujeres, jóvenes y personas con discapacidad.
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