La diferencia negativa entre las compras y las ventas del país asiático (la segunda peor desde 2014) superó a la de abril por 839 mil 200 millones de yenes (seis mil 234 millones de dólares) y se mantuvo en números rojos por décimo mes consecutivo, según un informe del Ministerio de Finanzas.
El volumen de importaciones de mayo creció un 48,9 por ciento respecto al mismo lapso de tiempo en 2021, mientras que las exportaciones subieron un 15,8 por ciento.
Solo las adquisiciones de petróleo aumentaron hasta 12,2 millones de kilolitros, lo cual representa un impacto mayor en términos monetarios debido al encarecimiento del combustible fósil, en tanto lo mismo ocurrió con el carbón y gas natural licuado procedente de Australia y Malasia.
En cuanto a las exportaciones, sobresalieron el envío de dispositivos de fabricación de semiconductores, hierro, acero y productos de combustibles refinados como el fueloil (combustóleo).
La rápida depreciación del yen japonés, que por primera vez en casi 24 años cayó 135 niveles frente al dólar, contribuye también al desequilibrio de la balanza comercial, pues favorece a los exportadores nacionales pero infla el valor de las importaciones.
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