“Soy un hombre honesto y siempre defenderé mi inocencia y honor. Cumpliendo mi palabra, he venido para aclarar y colaborar con la justicia”, dijo en un mensaje difundido por redes de Internet.
Agregó que “en aras de la transparencia, del respeto al pueblo peruano y amor a mi familia, siempre daré la cara y estaré a disposición del sistema de justicia para lo que sea necesario”.
Castillo pidió además a los peruanos que, pese a obstáculos, mentiras y señalamientos en su contra, tengan confianza en que los objetivos de su Gobierno “se harán realidad, trabajando juntos, porque el Perú está por encima de cualquier circunstancia».
Tras el largo interrogatorio sobre un caso de corrupción en obras viales en el que lo incluyó el fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, el mandatario dijo a reporteros que tiene todo el tiempo y la disposición para continuar asistiendo a todas las diligencias del Ministerio Público.
“Estamos dispuestos a seguir respondiendo porque el Perú necesita que aclaremos las cosas y lo vamos a seguir haciendo», expresó, a tiempo de declarar que se siente satisfecho por la declaración presentada.
Su abogado, Benji Espinoza, aseguró que Castillo contestó durante cuatro horas todas las 100 preguntas planteadas y en ningún caso dejó de responder a interrogantes que trataron no solo sobre el caso de presunta corrupción que motivó la convocatoria, sino también sobre otros dos.
Tanto a la entrada al Ministerio Público, a donde llegó a pie desde el cercano Palacio de Gobierno, como a su salida en automóvil, el mandatario fue hostilizado por un reducido número de elementos de extrema derecha, identificados como integrantes del grupo violento “La Resistencia”.
Posteriormente, Castillo encabezó una reunión sobre la reforma del sistema de Justicia, del Consejo de Estado, conformado por los titulares de los poderes del Estado y organismos autónomos, a la que no asistió la opositora presidenta del Congreso, Maricarmen Alva, partidaria de la vacancia (destitución) del presidente.
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