En un comunicado enviado al diario The New York Times, Pete Orput, fiscal del condado de Washington, confirmó el cargo contra Kimberly Potter, quien disparó contra el joven de 20 años después de una parada de tráfico el pasado domingo.
Según la ley estatal, si es declarada culpable, Potter, de 48 años de edad y 26 de experiencia, enfrentará una sentencia de una década de prisión y una multa de hasta 20 mil dólares.
Una declaración del Departamento de Seguridad Pública de Minnesota informó que al exuniformada, quien dimitió ayer de su cargo como también lo hizo el jefe policial de la comunidad de Brooklyn Center, Thomas Gannon, fue detenida esta mañana y llevada a la cárcel del condado de Hennepin.
Anoche, la policía y la Guardia Nacional reprimieron a centenares de personas que protestaron por tercera jornada consecutiva en la ciudad de Minneapolis por la muerte de Wright, cuya causa, según Gannon, se debió a un error de Potter al disparar su arma de fuego en lugar de utilizar una pistola eléctrica (Taser).
El jefe de la Patrulla Estatal, Matt Langer, afirmó en una conferencia de prensa que más de 60 manifestantes fueron arrestados la víspera por participar en los disturbios.
Unas ocho mil personas que se concentraron en las afueras del Departamento de Policía de Brooklyn Center gritaron y empujaron la cerca del recinto, mientras decenas de efectivos de las fuerzas del orden con equipos antidisturbios les lanzaron granadas de destello y balas de goma.
La multitud marchó hacia la oficina de campo del Buró Federal de Investigaciones, donde los oradores continuaron exigiendo justicia para Wright, y luego regresaron a las cercanías de la estación policial, sede del comienzo pacífico de las protestas, divulgó el diario local Star Tribune.
Para activistas como Toshira Garraway, la muerte de Wright es otro ejemplo de la brutalidad policial y la discriminación sistémica en Estados Unidos, porque estos, recalcó, no son incidentes aislados.
Ante la multitud, Garraway también recordó el asesinato en Minnesota del afroamericano George Floyd en mayo pasado, cuando el entonces policía Derek Chauvin, ahora sometido a juicio, se arrodilló sobre el cuello de su víctima, incapaz de respirar, como expresó mientras agonizaba.
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