De acuerdo con autoridades sanitarias, la semana epidemiológica cerró con un leve descenso, de un siete por ciento en los nuevos contagios en relación con igual etapa precedente.
Durante los últimos siete días (19 al 25 de junio) se reportaron 11 mil 546 nuevos confirmados, con un promedio de mil 649 casos diarios, mientras la semana pasada (12 al 18 de junio) hubo 12 mil 426, con un promedio por día de mil 775 contagios.
En cuanto a las muertes, en las últimas dos semanas se mantuvo la tendencia de tres defunciones diarias, según las cifras reportadas por el Ministerio de Salud (Minsa).
En los últimos días, varios especialistas emitieron su criterio sobre la conveniencia o no de mantener el uso de la mascarilla en espacios cerrados, un tema que evalúa el Minsa.
El pediatra infectólogo Xavier Sáez-Llorens subrayó que la flexibilización en el uso de la mascarilla en interiores debe ir acompañada de mensajes educativos “contundentes”. No obstante, precisó que la población de riesgo, por edad o comorbilidad, debería seguir usándola en sitios cerrados.
Por su parte, el doctor Paulino Vigil-De Gracia señaló que se puede flexibilizar, pero hay que cumplir con requisitos en esos interiores, por ejemplo ventilación adecuada, aforo restringido y porcentaje de vacunados.
Mientras, el gremio empresarial señaló que de cara al inicio del nuevo periodo legislativo, el próximo 1 de julio; y a tres años de mandato de Laurentino Cortizo es hora de poner fin al estado de emergencia.
En un comunicado de la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura de Panamá (Cciap) se indica que esa disposición mantiene vigentes medidas extraordinarias como el Plan Panamá Solidario (ayudas económicas) que cumplieron su cometido y esos recursos deben ser dirigidos de manera eficiente a necesidades prioritarias como la inversión productiva e impulsar el empleo.
Las condiciones de la pandemia son hoy considerablemente distintas a los dos últimos años, por lo que carece de sentido mantener tal estado de emergencia y dar el paso a la total normalidad como lo han hecho naciones vecinas, señala la Cciap.
Que los panameños puedan volver a trabajar y a crecer es una misión que el Gobierno debe propulsar enviando señales decisivas y de real paz social, concluye el texto.
rgh/ga