Los sospechosos del crimen, identificados como Juan Francisco D’Luna-Bilbao y Juan Claudio D’Luna-Mendez, enfrentan cargos por posesión de armas de fuego mientras residían ilegalmente en la nación norteña.
Un tercer sospechoso, un estadounidense que conducía el camión, también fue detenido, aunque por ahora no enfrenta acusaciones penales.
Este lunes, fueron descubiertos 39 hombres y 12 mujeres fallecidos dentro de un vehículo cerrado a altas temperaturas en una zona en las afueras de San Antonio, Texas, a unos 250 kilómetros al norte de la frontera entre Estados Unidos y México.
El incidente marcó la mayor pérdida de vidas registrada en un intento de trata de personas en el país, según Craig Larrabee, agente especial interino a cargo del brazo de investigación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas.
Los partidos Demócrata y Republicano en Estados Unidos intercambiaron acusaciones sobre la responsabilidad del hecho.
El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, culpó al presidente Joe Biden de esos fallecimientos por propiciar la actual ola migratoria al relajar las políticas restrictivas del exmandatario Donald Trump (2017-2021).
En respuesta, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, afirmó que esas tragedias ocurren precisamente porque la frontera está cerrada.
En un comunicado este martes, Biden prometió tomar medidas enérgicas contra el tráfico de personas a través de la línea fronteriza.
Al menos 650 personas murieron al intentar cruzar hacia Estados Unidos desde México el año pasado, la cifra más alta desde 2014, de acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones de Naciones Unidas.
Con la tragedia del lunes ascienden a 290 las personas que perdieron la vida en los primeros seis meses de 2022 al intentar atravesar el trazo divisorio entre los dos países.
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