Ghajar denunció que, además, otros productos subsidiados por el gobierno libanés llegan a la vecina nación, cuya economía sufre deterioro ante un conflicto armado de más de una década.
Durante las últimas semanas, explicó, hay un aumento constante de los precios y el cierre de decenas de gasolineras libanesas, lo cual agrega mayores penurias a la crisis económica y financiera.
‘Hemos comprobado que la razón subyacente de la actual falta de combustible es el contrabando hacia Siria’, remarcó el titular en funciones.
La necesidad de gasolina en el mercado sirio está empujando a introducirla allí por vías ilegales y obtener así ganancias masivas, indicó.
Devastada por años de guerra, en el vecino país se registran colas durante horas para conseguir escasas raciones de combustible.
En marzo pasado, el gobierno de Damasco elevó en más de 50 por ciento el precio de la gasolina y mientras un
tanque de 20 litros en Líbano cuesta unos tres dólares al tipo de cambio del mercado paralelo, en Siria la se vende de 7 a 13, en dependencia del octanaje.
Quienes poseen recursos compran combustible libanés contrabandeado y pagan hasta 25 por la cantidad mencionada, precisó Ghajar.
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