Las próximas elecciones generales en el país suramericano fueron convocadas para el 30 de abril de 2023, y de acuerdo con datos del Tribunal Superior de Justicia Electoral, unos cinco millones de paraguayos están habilitados para ejercer el voto.
El jefe de Estado señaló en la presentación del informe anual de su gestión que una vez electo su sucesor, cesará con sus funciones y así espera “acabar, de una vez por todas, con la infortunada práctica política de buscar echar raíces permanentes en la conducción nacional a cualquier precio”.
En la historia política de Paraguay abundan los ejemplos de quienes gobernaron el país durante más de un periodo, aunque la Constitución aprobada en 1992 prohíbe la prorrogación de mandato y la reelección. Los paraguayos elegirán en el proceso a un nuevo presidente y vicepresidente, las dos cámaras del Congreso Nacional, gobernadores y miembros de las Juntas Departamentales.
El ejecutivo electo tomará posesión del cargo el 15 de agosto de 2023.
Por otra parte Abdo Benítez destacó como logros de su gestión el aumento de la inversión extranjera directa, el desarrollo de la infraestructura energética, vial y de comunicaciones.
También mejoras al sistema educativo y sanitario, sin embargo los hechos ponen en duda esas afirmaciones, sobre todo cuando se tiene en cuenta las reiteradas acusaciones de corrupción en el manejo de los recursos del Estado destinados a los servicios públicos.
La nación suramericana fue a mediados del pasado año escenario de una crisis política en la que sectores sociales y productivos en paro llegaron a exigir la renuncia del mandatario como resultado de una profunda crisis económica y sanitaria.
El descontento con su gestión llegó a los salones del Congreso Nacional, donde parlamentarios opositores tramitaron sin éxito una petición de juicio político al jefe de Estado.
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