Lo que presenciamos fue un ejercicio de poder político puro, declaró este viernes el gobernante en referencia al fallo de la máxima instancia judicial que revirtió el caso Roe vs Wade, cuya sentencia garantizaba desde 1973 el derecho constitucional a la interrupción de embarazos.
No podemos permitir que una Corte Suprema fuera de control, trabajando en conjunto con elementos extremistas republicanos, nos quite las libertades y nuestra autonomía, expresó el jefe de la Casa Blanca al firmar una orden ejecutiva para facilitar el acceso a los servicios para interrumpir embarazos.
La ordenanza permitirá que el secretario de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, tome medidas para garantizar el acceso a este procedimiento, y a los medicamentos abortivos recomendados por la Administración de Alimentos y Medicamentos.
El mandato presidencial otorga la facultad al Departamento de Salud y Servicios Humanos para extender los servicios de salud reproductiva, el uso de métodos anticonceptivos y la atención médica de emergencia para embarazadas y mujeres que sufran un aborto involuntario, entre otras medidas.
Los comentarios de Biden marcaron algunas de sus críticas más agudas a la Corte Suprema de mayoría conservadora desde que el 24 de junio determinó revertir el derecho al aborto, advirtió The Hill.
Biden ha estado bajo la presión de su propio partido demócrata para actuar luego de la histórica decisión del mes pasado de anular Roe vs Wade, lo cual a juicio de muchos provocó un retroceso de 50 años en la protección de los derechos reproductivos de las mujeres.
En aquel momento el tribunal escuchó los argumentos de Jane Roe -pseudónimo de Norma McCorvey- quien intentó abortar en Texas, pero el fiscal Henry Wade se lo impidió y ella dio a luz antes de la sentencia del Supremo a su favor.
Aunque el decreto del jefe de la Casa Blanca pretende impedir la adopción de regulaciones antiabortivas, en la práctica los estados tienen la capacidad de promulgar leyes que restrinjan el procedimiento.
Los demócratas se enfrentan a un complejo panorama de cara a los comicios del 8 de noviembre y la cuestión del aborto atiza el hervidero social en una nación ya quebrantada por la polarización.
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