Cuesta creer que una persona cualquiera pudiera situarse a pocos metros del exlíder nipón y disparar por la espalda a plena luz del día, en medio de la calle. Irónicamente la violencia cercenó una voz por insatisfacciones políticas dos días antes de una elección.
Han pasado varias horas del lamentable suceso y ya nadie tiene dudas, el exmandatario japonés con más años de servicio en el cargo murió baleado en la prefectura de Nara, mientras promovía el voto a favor de los candidatos de su Partido Liberal Democrático (PLD), a propósito de los comicios parlamentarios de este domingo.
A los 52 años Shinzo Abe se convirtió en el primer ministro más joven en la historia posterior a la Segunda Guerra Mundial de la nación asiática, aunque su gestión política durara apenas un año (2006-2007) debido a la renuncia al cargo por problemas de salud.
Antes había ocupado puestos importantes como miembro de la Cámara de Representantes del Parlamento japonés (1993) y secretario en jefe del Gabinete (2005-2006).
En 2012 asumió nuevamente como primer ministro hasta 2020, también como presidente del PLD. Con Abe comenzó un periodo de transformaciones económicas, legales y de la política exterior importante en Japón.
Durante su mandato promovió el paquete de medidas Abenomics dirigido a desestancar la economía, el cual impulsó la flexibilización monetaria por parte del Banco de Japón, un amplio estímulo fiscal y reformas estructurales.
La estrategia de Abe evitó la recesión de la tercera potencia mundial y afianzó su crecimiento por ocho trimestres consecutivos. Asimismo, las exportaciones aumentaron y el desempleo cayó a su nivel más bajo en décadas.
A juicio de expertos, Abenomics tuvo un éxito a medias, frenado por los intereses conservadores internos y la inercia gubernamental para ejecutar todas las fases del plan. Influyó además la renuncia de Abe a su puesto de primer ministro y el impacto de la pandemia de la Covid-19.
El prominente estadista suscitó asimismo una gran apertura de Japón al mundo, defensor del multilateralismo y del diálogo como principal solución a los conflictos.
La huella de Abe en las arenas internacionales quedó refrendada en las numerosas muestras de solidaridad recibidas desde todas partes del orbe, con motivo del barbárico crimen.
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