“Rechazamos toda expresión que pueda generar discriminación al hacer alusión a aspectos raciales de personas”, señaló ese organismo en una declaración pública que no menciona a Alva.
El texto añade que funcionarios públicos y ciudadanía en general «deben evitar cualquier adjetivación o estereotipos que históricamente han sido utilizados para discriminar».
Al acusar al Gobierno de generar confrontación, Alva dijo la víspera que el Parlamento está al servicio de todos los peruanos, y mencionó entre estos a “indios y blancos”, por lo que ha recibió una marejada de críticas ante las cuales alega que su expresión fue sacada de contexto y que se refirió a la diversidad.
“Un discurso de unidad debe procurar la integración de peruanas y peruanos por su condición de seres humanos, en un país multiétnico y pluricultural”, agregó la Defensoría.
Más directa y dura fue la congresista Cecilia García, quien hoy sostuvo: “Alva, que no ha superado la época del virreinato, dice que ella trabaja para los indios, palabra que ni siquiera existe en el país porque fue derogada dos veces”.
Se refirió así a que el Libertador José de San Martín dispuso en 1821 llamar ciudadanos a los indígenas y el presidente Juan Velasco cambió el nombre del Día del Indio (24 de junio) por el de Día del Campesino, al decretar esa fecha de 1969 la reforma agraria.
“Ella pertenece a la ‘burresía (burguesía)’ limeña que ni siquiera conoce la historia del país, que no se prepara, que llega a un cargo porque alguien la puso”, declaró.
García recordó también un incidente en una reunión con autoridades del interior de la nación, en la que hizo callar de forma autoritaria a una alcaldesa porque reclamaba con vehemencia y voz alta atención para su pueblo.
De otro lado, el activista social Tito Wanka afirmó que Alva “es la congresista más racista que ha tenido cualquier congreso del Perú”.
La analista política conservadora Rosa María Palacios reconoció que la presidenta del Congreso “lamentablemente proyecta una actitud déspota, autoritaria”. ifb/mrs