En entrevista exclusiva con Prensa Latina, Raixa Llauger, oficial que atiende la esfera agrícola en la representación en el istmo de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), indicó que uno de esos planes está enfocado en acciones de vigilancia y prevención de la marchitez de los plátanos y bananos por Fusarium, raza 4 Tropical Fusarium oxysporum f. sp. cubense (FocR4T).
De acuerdo con Llauger, los plátanos y bananos representan una fuente importante de divisas y juegan un papel relevante en la seguridad alimentaria y los medios de vida de pequeños agricultores y el sector rural en América Latina y el Caribe, donde se estima que más de 808 mil familias dependen directamente de la agroindustria.
En ese sentido, llamó la atención sobre la importancia de darle especial seguimiento a la enfermedad conocida como marchitez por sus siglas FocR4T, la cual ha devastado cientos de plantaciones en todo el mundo, sobre todo en naciones asiáticas como China, Indonesia y Filipinas, además de Australia.
Asimismo, alertó que este nuevo desafío deberá enfrentarse tras dos años de pandemia de la Covid-19, cuyos impactos todavía son sensibles para las economías y la seguridad alimentaria.
La experta insistió en que el hongo en cuestión afecta la mayoría de las variedades comerciales, incluidos los bananos tipo “Cavendish”, que tienen la más amplia distribución para consumo nacional y exportación.
Llauger destacó que actualmente en Países Bajos, Cuba y Colombia, entre otros, se realizan estudios para determinar el nivel de afectación que la raza 4 Tropical del Fusarium tiene sobre las variedades que son comúnmente sembradas en el continente.
El hongo que causa esta enfermedad -considerada una de las 10 plagas más devastadoras para la agricultura se transmite por suelo y por plantas o material vegetal infectado y las pérdidas generadas por la estrategia de contención de la enfermedad una vez que ingresa a un área nueva implica inversiones millonarias.
Es por esto que el organismo de ONU trabaja con las autoridades fitosanitarias de los países de la región para que se adopten medidas dirigidas específicamente para evitar la entrada, establecimiento y dispersión de la Marchitez por Fusarium Raza 4 Tropical, en toda la región.
América Latina y el Caribe producen más de 18 por ciento del suministro mundial de banano, precisó.
Pero las condiciones de los suelos y el clima, favorecen la propagación de la enfermad, manifestó Llauger; de ahí que FAO favorezca programas para construir capacidades de los servicios de cuarentena que son la “primera barrera” para la contención de posibles riesgos fitosanitarios.
También se ha logrado en conjunto con las instituciones públicas y privadas el establecimiento de programas de vigilancia y monitoreo de las áreas de riesgo, además del sustento regulatorio que ello requiere para proteger el patrimonio de los países y facilitar el comercio agrícola.
Desde FAO, indicó, hemos exhortado para que se preste especial atención también a otras posibles vías de ingreso de la plaga, entre ellas el tránsito de pasajeros, turistas y empleados agrícolas, así como sus bienes.
Por último, señaló que ese organismo de Naciones Unidas presentó una estrategia y plan de cooperación técnica regional contra la enfermedad para un período de nueve años (2021-2030) que busca consolidar la protección fitosanitaria de forma conjunta e incluye entre sus ejes la capacitación de los recursos humanos.
El amplio programa, reafirmó, también aboga por las buenas prácticas agronómicas y el especial énfasis en la bioseguridad bajo el lema en fincas que se ha venido siguiendo en varios países: “Entre Limpio y Salga Limpio”, con base las experiencias de otros países que están enfrentando la presencia de este hongo.
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