El número de personas empleadas en mayo pasado era de 404 millones y la cifra se desplomó a 391 millones a finales de junio, acotó el sitio.
Durante el último año, el empleo ronda la marca de 400 millones de puestos de trabajo, pero la caída en picado del mes pasado puso de manifiesto la extrema vulnerabilidad de la población activa de la India, abundó la publicación.
El nivel de empleo de 390 millones significa que sólo el 36 por ciento de la población en edad de trabajar está realmente empleada en la India.
Otro indicador de la situación es la tasa de paro, que mide la proporción de la población que busca activamente trabajo, la cual aumentó hasta 7,8 por ciento en junio desde el 7,1 por ciento de mayo.
La tasa de desempleo rondó entre 7,0 y 8,0 por ciento durante los últimos meses, lo cual indica el estado crónico de la falta de empleo en el país.
El retraso del periodo lluvioso del monzón en junio de este año es el principal responsable de la disminución del número de empleados y la baja tasa de participación laboral.
Normalmente, la siembra de los cultivos kharif, principalmente del arroz, comienza en junio con la llegada de las lluvias monzónicas.
Se trata de un trabajo intensivo en mano de obra, con cientos de miles de trabajadores agrícolas, incluidas las mujeres, en los campos trasplantando las plántulas de arroz para que coincidan con las lluvias.
Sin embargo, las cruciales precipitaciones se retrasaron este año y los aguaceros no empezaron de forma significativa hasta la última semana de junio.
El Departamento Meteorológico de la India estimó un déficit de precipitaciones a mediados de junio de más del 32 por ciento.
Esto hizo que el ejército de jornaleros agrícolas estuvo inactivo durante la mayor parte de ese mes, lo cual redundó en el fuerte aumento del desempleo.
Los jornaleros agrícolas y los pequeños agricultores marginales son el sector más vulnerable de la sociedad india y también el más numeroso.
El desempleo a gran escala en estos sectores causa una enorme angustia entre las familias más pobres y también implica que una parte importante de la población carece de dinero, deprimiendo aún más la languideciente demanda y perpetuando así el bajo nivel de actividad económica que acecha a la economía india.
Esta cadena de acontecimientos pone de manifiesto la extrema dependencia de la India del monzón y toda la vulnerabilidad que conlleva.
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