Los conflictos se iniciaron el 7 de julio entre dos poderosas alianzas que operan en Puerto Príncipe y que en los últimos dos años se disputan el control de la zona.
Según el Cardh, al menos 150 personas murieron y 300 resultaron heridas durante los enfrentamientos que se extendieron hasta el pasado fin de semana, aunque otras organizaciones elevan hasta 300 la cifra de fallecidos.
La plataforma denunció que la población está siendo utilizada como conejillo de indias para intereses económicos y políticos, en particular con vistas a las próximas elecciones y al cada vez más creciente tráfico de armas y municiones.
También señaló que el reciente arresto de uno de los líderes de bandas Ézéchiel Alexandre, conocido como Ze, propició el conflicto y sugirió que la federación G-9 y aliados dirigida por Jimmy Cherizier (Barbecue) perdió el apoyo de las autoridades.
“Los ataques de la coalición del G9 deben considerarse en el contexto en el cual sus miembros, incluido el líder Barbecue, han sido objeto de órdenes de detención y avisos de personas buscadas desde 2020. Estos avisos comienzan a ejecutarse con el nuevo director de la policía, Frantz Elbé”, analizó el Cardh.
Esta es la segunda guerra con numerosas víctimas civiles que libran los grupos armados desde finales de abril, cuando otros choques hostiles provocaron unos 200 fallecidos y cientos de heridos, de acuerdo con un reporte de Naciones Unidas.
Tiene lugar en un contexto en que la violencia se disparó en el país caribeño y las bandas controlan un tercio de la capital sin apenas resistencia de la Policía.
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