Por sexta vez Lula se presentará a la presidencia. En 2018 fue detenido en la sureña ciudad de Curitiba y se le impidió concurrir a la carrera por el Palacio del Planalto (sede del Poder Ejecutivo) tras decisión del Tribunal Superior Electoral (TSE).
En la ocasión resultó condenado, sin pruebas, bajo cargos de supuestos actos de corrupción dentro del marco de la desarticulada operación judicial Lava Jato.
Sus condenas fueron anuladas por el Supremo Tribunal Federal en marzo de 2021 y el exdirigente obrero recuperó sus derechos políticos, y volvió a ser elegible.
La convención del PT, meramente protocolar, contó con la presencia de la dirección nacional del partido, como la de su timonel, la diputada Gleisi Hoffmann.
El exgobernador Geraldo Alckmin fue confirmado como candidato a la vicepresidencia en la fórmula de Lula.
También en la jornada se aprobó la federación de partidarios Brasil da Esperança, formada por el PT y los partidos Comunista de Brasil, Verde, Socialista Brasileño, Red de Sustentabilidad, Socialismo y Libertad, y Solidaridad.
Lula no estuvo presente en el evento, pues cumple con agendas políticas en el estado de Pernambuco (nordeste).
Este jueves permanece en la ciudad de Recife, donde participará de un mitin en la Plaza del Carmen, escenario histórico de actos políticos en la capital de su estado natal.
De acuerdo con el calendario establecido por TSE, los partidos tienen hasta el 5 de agosto para celebrar convenciones.
Tras la reunión, las organizaciones políticas tienen hasta el 15 de agosto para registrar la candidatura en esa corte, último paso para la oficialización del aspirante.
La víspera, el Partido Democrático Laborista (PDT, por sus siglas en portugués) aprobó por unanimidad la designación del exgobernador Ciro Gomes como candidato a la presidencia.
Tal oficialización fue realizada en la sede nacional del PDT, en esta capital.
Por cuarta vez en su extendida trayectoria política, Gomes estará en una carrera electoral, aunque nunca llegó a la segunda vuelta en los últimos tres intentos (1998, 2002 y 2018).
En el más reciente estudio del Instituto Datafolha, el exministro de Hacienda aparece con ocho por ciento de favoritismo rumbo al próximo sufragio, detrás de Lula y el mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro.
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