Ante la comisión parlamentaria de Fiscalización, González reiteró que el mandatario cuestionó sus decisiones y lo cesó y, con ello, bloqueó la labor de inteligencia y, en consecuencia, incurrió en el delito de obstrucción de la justicia, por lo que el Parlamento, según dijo tras su retiro, debe destituirlo.
El congresista conservador Enrique Wong le pidió, en amable tono de ruego, que aporte a las investigaciones alguna evidencia de lo que afirma, a lo que solo reiteró lo dicho y preguntó qué otra prueba hace falta.
Congresistas de izquierda le solicitaron reiteradamente evidencias que prueben sus dichos y el exministro repitió sus aseveraciones y, cuando le preguntaron si podía citar un caso que fundamente su afirmación de que Castillo está comprometido en la corrupción, dijo que la búsqueda de evidencias es función del Ministerio Público.
Legisladores progresistas cuestionaron por otra parte al exministro por su admisión de que ingresó al Gobierno “cual caballo de Troya (enemigo encubierto)”, lo que justifica su despido y trató de matizar la expresión señalando que su objetivo era demostrar eficiencia y comprobar si había malos manejos en el Ejecutivo.
González tampoco respondió a una pregunta de la congresista de izquierda Kelly Portalatino sobre su aseveración de que, con su retiro, se ha bloqueado al equipo selecto de oficiales que formó, de apoyo a la Fiscalía Anticorrupción.
El grupo fue creado para las investigaciones del Ministerio Público y de búsqueda de dos exfuncionarios del entorno de Castillo investigados y prófugos y la legisladora preguntó que si el equipo fuera ratificado reconocería su error.
Tras la sesión, el nuevo ministro del Interior, Willy Huerta, aseguró que el grupo de elite no solo seguirá vigente, sino que será reforzado logísticamente y dotado de lo que necesite para su labor.
Durante la comparecencia, se registraron discusiones por la reacción temperamental o irónica del interpelado ante las preguntas incómodas.
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