Hizo un paralelo entre el panorama actual y el hace 200 años y destacó en este “instituciones públicas deficientes y corroídas ante las necesidades de seguridad, salud, trabajo, educación de calidad, equilibrio ecológico, organización autónoma solidaria, desarrollo de poblaciones originarias, y otras demandas de nuestro pueblo”.
Agregó la “enorme crisis política con fondo viral de corrupción y encubrimiento al servicio de intereses particulares; indiferencia, individualismos, intereses de grupo, mafias”, en la homilía del solemne Te Deum por el aniversario de la independencia de Perú, en la catedral de Lima.
Castillo recordó que en 1822 José de San Martín se reunió con Simón Bolívar a pedirle someterse a su mando para culminar la independencia, pero ante la inviabilidad de su propuesta, declinó y decidió renunciar para dejar el paso a quien podía terminar con el poder colonial en territorio peruano.
Al resaltar la actitud de desprendimiento de San Martín, planteó que “también es urgente hoy ese desprendimiento y generosidad en toda la dirección nacional en todos sus niveles”.
La referencia histórica fue interpretada como una tácita sugerencia de que, ante la crisis, renuncien tanto el presidente Pedro Castillo como el del Congreso de la República, lo que plantea una corriente de analistas y organizaciones no gubernamentales.
El arzobispo limeño destacó, además, la humildad de quienes actúan con absoluta solidaridad y desprendimiento en colectivos sociales, “pero falta en quienes dirigen desde zonas de cualquier de cualquier tipo”.
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