El DOJ argumentó que la normativa entra en conflicto con la Ley de Trabajo y Tratamiento Médico de Emergencia, una regla que exige a los proveedores de atención médica ofrecer atención de emergencia, incluso en caso de aborto.
El ejecutivo federal busca evitar la aplicación de la disposición local, prevista para entrar en vigor a partir del 25 de agosto y bajo la caul los profesionales de la salud podrán ser arresatdos o enjuicidados por realizar el procedimiento, incluso si la paciente sufre una emergencia, como embarazo ectópico, aborto espontáneo o preeclampsia grave.
El fiscal general, Merrick Garland, afirmó hoy que usará todas las herramientas a su disposición para garantizar a las mujeres embarazadas el tratamiento médico al que tienen derecho según la ley federal.
Esta demanda constituye el primer litigio importante contra una prohibición estatal al aborto desde que la Corte Suprema anuló en junio pasado el fallo conocido como Roe vs Wade, el cual garantizaba desde 1973 el derecho a ese procedimiento en Estados Unidos.
La máxima instancia judicial determinó que cada estado puede tomar sus propias decisiones con respecto a la interrupción de gestaciones, «pero también puede hacerlo el gobierno federal», acotó Garland.
El mes pasado la Casa Blanca emitió una orden que reafirma la Ley de Trabajo y Tratamiento Médico de Emergencia bajo la cual si existe una condición de urgencia, el hospital debe proporcionar el tratamiento estabilizador disponible.
Una veintena de estados norteamericanos han aprobado o avanzan para prohibir el aborto luego de la decisión del Supremo, considerada por muchos un retroceso de 50 años.
En 1973 el tribunal escuchó los argumentos de Jane Roe -pseudónimo de Norma McCorvey- quien intentó abortar en Texas, pero el fiscal Henry Wade se lo impidió y ella dio a luz antes de la sentencia del Supremo a su favor.
La anulación de Roe vs Wade amplió el debate sobre los derechos reproductivos femeninos y es un tema que, según analistas, puede influir en los votantes de cara a las elecciones de medio término de noviembre, cuando demócratas y republicanos aspiran a ganar el control del Congreso.
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